1. SOY YO…

    



Antes de aclarar el porqué del título que he dado a este blog, me gustaría empezar dando ciertas pinceladas sobre mí. 

    Mi nombre es Ana y nací en Madrid, aunque viví en Alcalá de Henares hasta los 3 años. En mi DNI figura como lugar de nacimiento Madrid, y esto es algo que nunca perdonaré a mi madre, porque me considero más complutense que madrileña. 



    Pero, aun no os he hablado de mi rasgo más distintivo, mi apellido -de la Horra-. Seguro que nunca lo habéis escuchado. La Horra es una pequeña localidad de la provincia de Burgos, pero por extraño que parezca, mi apellido procede de otro pueblo, San Martín de Rubiales, el mío. Como probablemente tampoco os sonará, os lo situaré a modo de dicho popular: "entre Nava y Mambrilla, entre Roa y Peñafiel". 




    Solo cuenta con 141 empadronados, que no habitantes en invierno (os lo prometo). He pasado todos mis veranos ahí y siempre anunciaré a los cuatro vientos que el mejor vino es el de la Ribera del Duero. 

    Teniendo en cuenta los tres municipios que completan mi personalidad, no sabría decantarme por ninguno, esto me lleva a no poder definir mi gentilicio. ¿Me siento complutense, vallisoletana o sanmartinense? Yo creo que un poco de cada.

    Dejando a un lado mi entorno, quiero aclarar que con el paso de los años me he dado cuenta de que soy una persona indecisa. 

    Cuando yo estaba en la ESO abandoné el francés al acabar 3º, y os preguntaréis "¿Cómo puedes ser filóloga francesa?" Pues bien, mis padres, no contentos con que dejase de lado un idioma, decidieron matricularme en la EOI desde el A1 en 4º de la ESO. Ahí pasé por varias profesoras que me hicieron ver que los idiomas no solo se enseñan con un libro de texto delante y que hay maneras más útiles de incentivar el aprendizaje de los alumnos. 

    Aun así, al acabar mi segundo año en la EOI, yo solo tenía un A2, que no te prepara para tener una conversación, ni mucho menos. Sin embargo, mis padres decidieron, con la ayuda de mi hermana, que vivía en Bruselas, buscar un campo de trabajo para que yo practicase francés en verano. En 2017 comencé a ir a un campamento de arqueología en Barsy (Bélgica). La duración es de tres semanas todos los veranos, y todavía recuerdo cuando llegamos hace cinco años mi prima y yo sin saber nada de francés a una ladera con tiendas de campaña, intentando defendernos en inglés. 

    A la semana y media mi prima se tuvo que ir, y al principio de la 3ª semana yo ya me lancé a hablar francés porque consideraba que en esas dos semanas había prestado la suficiente atención a los compañeros como para expresarme en la lengua extranjera. Y así fue, la última semana me di cuenta de la capacidad que tuve de hablar un idioma que había aborrecido y que ahora, gracias a la satisfacción personal, comencé a mirar con otros ojos. 


  Pero, "¿cuándo nos vas a destripar la razón del título?"

    A la hora de hacer la matrícula en la universidad, mi primera opción desde que empecé bachillerato fue economía, aunque ya había ido dos años a Bélgica y cada vez me sentía más cómoda con el francés. Al final me decanté por la primera y estuve hasta el 16 de noviembre sufriendo porque no aguantaba más la carrera y me había equivocado. Pero ese día me llegó un mensaje del negociado diciéndome que mi solicitud para entrar en Lenguas Modernas y sus Literaturas había sido aceptada y ahí cambió mi rumbo. Y sí, pasé de unos estudios enfocados en números a otros en letras.

    Mi paso por el grado ha sido un descubrimiento de mi pasión por la lectura que tenía que rascar, pero que he conseguido activar para el resto de mi vida,  y es que he descubierto profesores increíbles, sobre todo de literatura, en especial el de hispanoamericana. Gracias a él soy una fanática de la obra de García Márquez y no puedo resistirme a comprarme todos sus libros de segunda mano. 

    A día de hoy tengo intención de empezar a opositar a auxiliar de bibliotecas en un año, porque la carrera me ha descubierto un mundo lleno de libros que no puedo saciar siendo profesora de lengua extranjera en un instituto, donde las literaturas de las segundas o terceras lenguas no están concebidas. De todas formas, no descarto que haciendo las prácticas encuentre interés y cambie otra vez de opinión. Lo que sí sé es que como buena complutense, estoy maravillada con la literatura, aunque espero no volverme tan loca como el personaje de mi paisano Cervantes. 


Comentarios

  1. ¡Hola, Ana! ¡Qué bonito encontrar a gente que siente tanto amor por los libros! ¿Cuáles han sido tus últimas lecturas? Me encantaría que una de tus entradas libres estuviera relacionada con la literatura porque seguro que tienes muchas cosas interesantes que contar :)

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    1. La última fue una relectura de uno de mis libros favoritos, La verdad sobre el caso Harry Quebert. Admito que estoy en un bloqueo lector así que me he propuesto empezarme hoy El retrato de Dorian Grey que me lo leí ya hace un año y medio y me encantó.
      Si quieres puedes recomendarme algún libro que te haya fascinado.
      Y por supuesto que haré alguna entrada sobre la literatura. Gracias por tu comentario :)

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  2. ¡Hola Ana! Me ha llamado mucho la atención eso de los campos de trabajo. He escuchado a gente hablar de ellos pero no acabo de entender bien en qué consiste, quién organiza... ¿Podrías explicarnos un poquito más? ¡Gracias! :)

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    1. Hola, lo primero, gracias por tu comentario. Es bastante simple, para entenderlo mejor es como un campamento en el que las actividades se centran en una temática y un fin. En el mío es la arqueología, trabajando desde excavaciones modernas y medievales, hasta construir casas de adobe en arqueología experimental o marcar la cerámica con el número que le corresponde para exponerla en museos. Pero, por ejemplo, mi hermana iba a uno en Francia para reconstruir un castillo. Aún así la vida es tal cual la de campamento: tiendas de campaña, comer todos juntos en un comedor, por las noches hay actividades o presentaciones y luego jugar unas cartitas en el bar jaja

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  3. ¡Hola Ana! Si algún día te dedicases a ser docente en un instituto, ¿Qué cambiarías o como enfocarías las clases para que tus alumnos no se desmotivasen y no les pasase lo que te pasó a ti?

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